martes, 26 de julio de 2011

Requiem pro Amy Winehouse

La hija del taxista cantaba
con una voz que le dieron
y una fuerza que le puso.
Con el timbre del que sabe
que tropezar no es más
que parte de andar.

Por fumar le dio la tos,
por la farlopa, un yuyu;
por la keta, un mal rollo
y por el costo, esa manía
chunga de mirar al techo.

La hija del taxista tenía
choja para el buen vino
y costumbre para el peor;
y tenía los ojos capaces
de ver lo cierto de la vida,
y toda su mierda.

La hija del taxista
me hizo llorar
con su versión de Moody’s mood
igual que Nina con How it feels.

y,
al contrario que tú y que yo,
sabía, más o menos,
lo que iba a durar;
y eso la mataba,
o al revés.

miércoles, 20 de julio de 2011

Algún día verás

El mosquito sube a trompicones por el espejo del baño.
Resbala y sigue.
Su reflejo de mosquito lo acompaña boca arriba.
Resbala y sigue.
Pronto, mosquito y reflejo alcanzan lo más alto. El mosquito se acerca a la bombilla y se quema. El reflejo no. Y queda allí atrapado, viudo de sombra, huérfano de la reflexión.

lunes, 4 de julio de 2011

Segadores

Han llegado los segadores. Ahí viene uno. Repasa con su máquina el césped alrededor de las farolas, pero yo sé que disimula.
Ahí viene otro. Lleva el mismo aparato con un pequeño motor a la espalda. Recorta las malas hierbas que crecen junto al bordillo.
Se acerca otro más. Éste sí trae los brazos llenos de sangre.